Hoy
recordamos cómo, al comienzo del año litúrgico, la Iglesia nos preparaba para
la primera llegada de Cristo que nos trae la salvación. A dos semanas del final
del año, nos prepara para la segunda venida, aquella en la que se pronunciará
la última y definitiva palabra sobre cada uno de nosotros.
Ante el Evangelio de hoy podemos pensar que “largo me lo fiáis”, pero «Él está
cerca» (Mc 13,29). Y, sin embargo, resulta molesto —¡hasta incorrecto!— en
nuestra sociedad aludir a la muerte. Sin embargo, no podemos hablar de
resurrección sin pensar que hemos de morir. El fin del mundo se origina para
cada uno de nosotros el día que fallezcamos, momento en el que terminará el
tiempo que se nos habrá dado para optar. El Evangelio es siempre una Buena
Noticia y el Dios de Cristo es Dios de Vida: ¿por qué ese miedo?; ¿acaso por
nuestra falta de esperanza? Leer mas