Hoy 10 de Mayo la Iglesia celebra la fiesta del misionero Padre Damian de Molokai, apóstol de los leprosos, religioso de los Sagrados Corazones. Su vida y sus palabras nos hablan de algo muy importante entonces, y también en nuestros días: la actitud de permanecer…
Permanecer junto a aquellos que el mundo no tiene en cuenta.Permanecer junto a los son excluidos, rechazados o temidos.
Permanecer aunque se acaben las fuerzas… aunque nos parezca algo inútil.
Permanecer porque El, Jesús, permanece a nuestro lado. Siempre.
La experiencia de ser acompañados hasta el final, especialmente en los momentos difíciles, y también la experiencia de no tener a nadie a nuestro lado en situaciones complicadas, nos permite reconocer qué importante es hoy esta actitud de estar cerca, de no abandonar… porque sabemos que simplemente con nuestra presencia podemos marcar la diferencia, podemos recorrer grandes trayectos: del “solo” al “acompañado; de “abandonado” al “amado”; del “insignificante” al “único y especial”.
¡Marquemos la diferencia!
Acerquémonos, como Damián, y con Jesús a nuestro lado, al que todos rechazan, al que me cuesta comprender, al que sufre en su dolor. Acerquémonos con un “puedes cuenta conmigo”, “estoy a la escucha”, “permanezco junto a ti”. La experiencia nos dice que muchas veces, no son las grandes palabras las que más nos llegan y tocan nuestro corazón, sino las grandes actitudes, esas que a veces nos descolocan, nos sorprenden, nos admiran o simplemente se nos regalan, y dejan en nosotros un misterioso sabor a eternidad, sabor a Dios. En mayo, y durante todo el año, ¡es tiempo de permanecer!