¿Cómo resumir tantas impresiones, vivencias, conocimientos, sentimientos y emociones vividas en tan solo unas letras? ¿Cómo explicar a los demás la grandeza de lo que he vivido? ¿Cómo puede describirse una sensación tan buena, sin dejarte nada atrás?.
No es fácil hablar de una experiencia misionera, de mi experiencia, pues no todos somos iguales ni entendemos las cosas de la misma manera.
Por eso, lo primero que pido a la persona que lea esto es que cierre, por un momento, los ojos y respire profundo, que se relaje; que deje de pensar en su tiempo y pase a pensar en el otro; y, que cuando los abra, sea capaz de mirar con otros ojos, sea capaz de mirar con amor y que cada dato sea un punto donde se den la reflexión y el amor por el otro.
Quizás al final comprendamos el porqué de un viaje así, que se consigue con ello, que es ser misionero y qué podemos hacer todos por esto, porque recordad que el mundo es cosa de todos, el mundo está en nuestras manos y juntos podemos crear cosas maravillosas.
Antonio José Gómez Perez, es un joven de Cordoba que durante este verano ha viajado al Chad para vivir una experiencia misionera. En este testimonio nos cuenta cómo ha afrontado esta experiencia, qué han sentido y cómo se han enriquecido personal y espiritualmente.