“Dios ama al que da con alegría” (2 Cor. 9,7)
La contribución económica personal es el signo de una oblación de si mismos, en primer lugar al Señor y luego a los hermanos, para que la propia ofrenda material se convierta en un instrumento de evangelización de una humanidad que se construye sobre el amor. (Mensaje Domund Papa Francisco)