Misioneros en “la selva”
Hasta el departamento de El Beni, en Bolivia, una de las regiones con mayor biodiversidad del planeta, nos lleva “Misioneros por el Mundo”. Como cada domingo, el próximo 18 de marzo podremos ver después de la Misa, a las 13 horas, una nueva entrega de este programa de TRECE que OMP apoya con el objetivo de mostrar la riqueza misionera de la Iglesia.
En Bolivia permanecen más de 300 misioneros españoles que llevan la luz del Evangelio a una población marcada por la pobreza y la violencia. En este programa conoceremos a 5 hombres luchando, entre otras cosas, por la dignidad de la mujer: un sacerdote franciscano que a sus 92 años sigue siendo médico del cuerpo y del alma; el obispo burgalés de El Beni; un sacerdote diocesano de la OCSHA, que lleva el abrazo de Dios a los reclusos en la cárcel de Tarija; un claretiano que, también en Tarija, intenta que un grupo de adolescentes víctimas de las agresiones sexuales, puedan recuperar su dignidad; y el obispo de Tarija, que descubrió la vocación misionera después de 25 años como sacerdote diocesano de Palencia.
José Manuel Barrio Fernández es un franciscano nacido en un pueblo de Astorga. Es médico y sacerdote. Y los habitantes de Bella Vista (Beni) acuden a su consulta, donde el misionero intenta sanar el cuerpo, y también el alma. Para él no hay ruptura, todo lo hace por Dios. A sus 92 años tiene un ojo clínico estupendo y sabe lo que tiene un paciente con sólo verlo. Reconoce que la gente le quiere, pero que también él los quiere mucho. En su vida misionera, lo más importante es que “las almas conozcan a Dios, porque sin la gracia de Dios no hay salvación”.
El obispo de El Beni es monseñor Julio María Elías Montoya. Este franciscano “presume” de pertenecer a una orden misionera y de haber nacido en una familia religiosa. Llegó a Bolivia con 24 años. Como misionero ve que “la gente está necesitada de la presencia de Jesucristo, el misionero del padre”
Miguel Sotelo Dapia acude cada día a la Cárcel de Tarija Morros Blancos. Es un sacerdote diocesano de Orense, perteneciente a la Obra de Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana (OCSHA). En la cárcel celebra los sacramentos en clave “sanadora”, sobre todo la Misa, a la que acuden cada domingo unas 100 personas. El misionero vive en el barrio de La Colmena en el Hogar Santa Rita, donde hay un centro para unos 70 ex alcohólicos, en el que reciben también a chicos de la calle. Miguel dejó España hace 40 años porque su opción fue siempre trabajar con los últimos y desde pequeño sintió la llamada a la vocación misionera.
Desde la oficina de pastoral social y de movilidad humana de Tarija, el claretiano Antonio Vidales de Abajo ayuda a personas del campo (muchas de ellas mujeres analfabetas que piden ayuda). Además, en el centro “Vida Digna” recogen a 17 menores violadas, algunas con hijos víctimas de una agresión. La violencia sexual y el alcoholismo son dos “plagas” de Tarija con las que los misioneros se enfrentan a diario.