Señor, ayúdame a cambiar
para cambiar el mundo.
Necesito renovar el corazón,
la mirada, mis modos de hacer,
para no terminar en un museo.
Y no es solo renovar lo viejo:
es permitir que el Espíritu Santo
cree algo nuevo.
Señor, vacíame de mis esquemas
para hacer sitio a tu Espíritu
y dejar que sea Él
quien haga nuevas todas las cosas.
Él nos envía,
nos acompaña,
nos inspira;
Él es el autor de la misión,
y no quiero domesticarlo
ni enjaularlo.
Haz que no tenga miedo
de la novedad que viene de Tí,
Señor Crucificado y Resucidato.
Que mi misión sea
comunicar tu vida,
tu misericordia,
tu santidad.
Enséñame a amar como Tú
para cambiar el mundo.
Amén