Con el lema “La vocación misionera ad gentes”, este encuentro de formación reunió, del 19 al 21 de mayo, a los principales responsables de la cooperación misionera en las diócesis españolas, y está organizado, conjuntamente, por la Comisión Episcopal de Misiones y Cooperación entre las Iglesias y la Dirección nacional de las Obras Misionales Pontificias en España.
Es siempre una gran alegría encontrarse con toda la Iglesia Española, es decir, la Comisión Episcopal de Misiones de la Conferencia Episcopal Española, la Dirección Nacional de las OMP, los Delegados Diocesanos de Misiones y Directores de las OMP diocesanas, además de muchos otros misioneros y misioneras que representan las Congregaciones e Institutos Misiones tales como el Scam, el IEME, y dentro de ellos identificar obispos, sacerdotes, religiosas-religiosos y muchos laicos que viven los encargos diocesanos como tarea universal y eclesial.
Todos a una por la vocación misionera Ad Gentes ya que no hay misión sin misioneros porque como decía Mons. Rugambwa refiriéndose al hecho de que se habla mucho de la Iglesia misionera en los documentos pero en la práctica: “las cuentas no dan resultados en términos de personas que dedican su vida a la obra de las misiones, es decir, las vocaciones específicas para la evangelización en otros países, culturas y religiones”.
El testimonio de su misión en Taiwan de Estebán Aranza como misionero Fidei Donum, la
charla de Maria Jesús Hernando en la que ha delineado la vocación específica “Ad Gentes” al encuentro de rostros, culturas y pueblos para comunicar la verdad del Evangelio en contextos determinados, una tarea ciertamente gozosa pero que no va sin sufrimientos y que impela a toda la Iglesia a vivir su misionariedad saliendo de sí y a través de los misioneros. La mesa redonda en la que Juan Antonio Fraile nos refería la importancia de trabajar para promover la vocación misionera “ad gentes” en un nuevo contexto, la preparación de la que nos habló Isidoro Sánchez a través de la Escuela de Misiología o las interpelaciones de Damián Díaz para vivir la dimensión misionera en las diócesis acompañando a todos los misioneros y misioneras desde la “diocesanidad” de la dimensión misionera. Para terminar con el secretario de la Conferencia Episcopal Española que nos invita a crear una cultura misionera de los medios sociales de comunicación para que no se apague el sentido de la misión Ad Gentes en las comunidades cristianas y fomentarla en este mundo entre el gran público.Rolando Ruiz Durán sx