“La Palabra de Dios se ha hecho carne”. Dios nos habla, nos manifiesta su amor, nos comunica sus planes y proyectos. Jesús es el Proyecto de Dios hecho carne, hecho hombre, hecho parte de nuestra historia. Jesús es el diálogo entre Dios y el hombre. Jesús es Dios.
Dios no se nos ha comunicado en palabras complicadas y sublimes que solo pueden entender los sabios. Se nos ha acercado en la vida humana, sencilla y pobre de Jesús. Quien mira con ternura y sencillez a Jesús y entra en sintonía con El, se encuentra con Dios y entra en diálogo con Él.
Dios «ha puesto su tienda entre nosotros». Ya no hay distancias entre Dios y el hombre. Vive y habita entre nosotros. Para encontrarnos con Él, no tenemos que salir fuera de nuestro mundo, sino acercarnos a Jesús.
«A Dios nadie lo ha visto jamás».
Los profetas, los sacerdotes, los maestros de la ley hablaban mucho de Dios, pero ninguno le había visto. Lo mismo sucede hoy entre nosotros; en la Iglesia hablamos mucho de Dios y con toda seguridad, como si lo hubiéramos visto. Sólo Jesús ha visto a Dios; hemos de volver una y otra vez a Jesús, al evangelio, para conocer y aprender a hablar de Dios y con Dios.
Solo Jesús es el corazón de Dios, la Palabra de Dios en el mundo. ¡Cuántas ideas raquíticas y poco humanas de Dios hemos de desaprender y olvidar para dejarnos atraer y seducir por ese Dios que se nos revela en Jesús!
¡Cómo cambia todo cuando uno capta por fin que Jesús es el rostro humano de Dios! Todo se hace más sencillo y más claro. En Jesús y por Jesús sabemos cómo nos mira Dios cuando sufrimos, cómo nos busca cuando nos perdemos, cómo nos entiende y perdona cuando lo negamos. En Jesús se nos revela «la gracia y la bondad» de Dios; mejor todavía, Jesús es la bondad, la lealtad y la gracia de Dios.
Con qué realismo expresa el Papa Francisco el misterio del “Dios-con-nosotros”. El creyente “sabe que Jesús camina con él, habla con él, respira con él, trabaja con él”. Sí, Dios ha puesto definitivamente su tienda entre nosotros. Que en este tiempo navideño renovemos
“nuestro encuentro personal con Jesús, Dios-con-nosotros”.