OMPRESS-ROMA (12-01-15) El Papa Francisco recordaba en el ángelus de ayer, Fiesta del Bautismo del Señor, lo que significa la acción del Espíritu Santo en el bautismo de cada cristiano: empuja a llevar el Evangelio hasta los confines de la tierra.
El Santo Padre comentaba cómo la bajada del Espíritu Santo, en forma de paloma, consiente al Cristo, “al Consagrado del Señor, inaugurar su misión, que es nuestra salvación. El Espíritu Santo es el gran olvidado de nuestras oraciones.
Rezamos con frecuencia a Jesús; rezamos al Padre, especialmente en el Padrenuestro; pero no con tanta frecuencia rezamos al Espíritu Santo, ¿verdad? Es el olvidado. Y tenemos necesidad de pedir su ayuda, su fortaleza, su inspiración. El Espíritu Santo que ha animado toda la vida y el ministerio de Jesús, es el mismo Espíritu que hoy guía la existencia cristiana, la existencia de un hombre y de una mujer que se dicen y quieren ser cristianos. Poner bajo la acción del Espíritu Santo nuestra vida de cristianos y la misión, que todos hemos recibido en virtud del Bautismo, significa encontrar el coraje apostólico necesario para superar fáciles acomodamientos mundanos. Al contrario, un cristiano y una comunidad ‘sordos’ a la voz del Espíritu Santo, que empuja a llevar el Evangelio hasta los últimos confines de la tierra y de la sociedad, se convierten también en un cristiano y en una comunidad ‘mudos’ que no hablan ni evangelizan.
Pero recordad esto: rezar con frecuencia al Espíritu Santo para que nos ayude, nos dé la fuerza, nos dé la inspiración y nos haga avanzar. María, Madre de Dios y de la Iglesia, acompañe el camino de todos nosotros bautizados; nos ayude a crecer en el amor a Dios y en la alegría de servir al Evangelio, para dar así pleno sentido a nuestra vida”.