Les estoy muy agradecida porque han puesto lo mejor de sí mismos para acompañarnos en nuestro camino y decir ¡Sí, a la vida consagrada! y así poder servir allí donde Dios nos pida. Gracias a ellos hoy puedo decir que soy completamente feliz y alegre para caminar con el Señor". Es el testimonio de la hermana María Teresa Núñez Villanueva, una religiosa paraguaya las Obreras del Corazón de Jesús en Paraguay que ha tenido como formadora a una misionera española la hermana Antonia Merino.
Hace unos días recibíamos una carta de la hermana Antonia, misionera española, en la que nos contaba: "Me siento orgullosa de haber dedicado mi vida tiempo y persona por las jóvenes vocaciones de este país. Desde que llegué a Paraguay, hace 30 años, muchas chicas jóvenes se han acercado a mí con la inquietud de ser hermanas, yo las he acompañado durante su proceso de formación. Hoy quiero dar gracias a Dios porque son estas Vocaciones Nativas las que han tomado el relevo de los misioneros y tienen toda la responsabilidad y muchas de ellas parten como misioneras a otros países como en su día lo hicimos nosotros".
Leyendo sus testimonios nos damos cuenta que tenemos que dar muchas gracias a Dios por el don de la Vocación que suscita entre los jóvenes. Y también vemos la necesidad de ayuda económica que tienen muchas vocaciones, jóvenes que aspiran a ser sacerdotes, religiosos o religiosas en los países de misión.
En nuestra mano está ayudar a las jóvenes vocaciones de los países de misión que carecen de recursos para completar su formación: http://www.omp.es/Donativos/donativo.htm