…ocurrió algo que lo cambió todo. En
un momento de la historia que probablemente pasó desapercibido para la mayoría.
En un rincón perdido del mundo. En un instante como tantos otros instantes. Un
parto, lloros de un bebé, alegría en sus padres, preocupación por el futuro.
Nada nuevo, en apariencia… Y, sin embargo, ahí arrancaba el corazón de la
Historia. Ahí echaba a andar una Vida que había de transformarlo todo. Ahí Dios
mostraba su poder, empezando su camino desde abajo.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará
desde lo alto un amanecer que ilumina a los que habitan en tinieblas y en
sombras de muerte, que endereza nuestros pasos por un camino de paz. (Lc
1,78-79)