El Papa Benedicto XVI, en su última catequesis ha agradecido las muestras
de apoyo que ha recibido de todas partes del mundo.
Quiero agradecer de todo corazón
a todas las numerosas personas que en las últimas semanas me han enviado
conmovedores signos de atención, amistad y oración. Sí, el Papa no está nunca
solo, hoy lo experimento una vez más de un modo tan grande que toca el corazón.
El Papa pertenece a todos, y muchísimas personas se sienten muy cercanas a él.
Es cierto que he recibido cartas de los grandes del mundo –jefes de Estado,
líderes religiosos, representantes del mundo de la cultura, etc.-. Pero también
recibo muchísimas cartas de personas sencillas que me escriben simplemente
desde su afecto que nace de estar juntos con Jesucristo en la Iglesia. Estas
personas no me escriben como se escribe por ejemplo a un príncipe, o a un
superior que no se le conoce. Me escriben como hermanos y hermanas, o como
hijos e hijas, con el sentido de una unión familiar muy afectuosa. Aquí se
puede tocas qué es las Iglesia: no es una organización ni una asociación para
fines religiosos o humanitarios, sino un cuerpo vivo, una comunión de hermanos
y hermanas en el cuerpo de Jesucristo, que nos une a todos. Experimentar la
Iglesia de este modo, es casi poder tocar con las manos la fuerza de su amor y
de su verdad, es motivo de alegría, en un tiempo en el que tantos hablan de su
declive”