Quedan pocas semanas para que el papa Francisco se encuentre con los jóvenes en la JMJ de Río de Janeiro para recordarles las palabras del envío misionero de Jesús: «Id y haced discípulos de todos los pueblos» (Mt 28,19).
El Papa ha manifestando su confianza en los jóvenes y animándoles a vivir la vida cristiana y a la misión. Son muy importantes las de la homilía del Domingo de Ramos, día se celebra la Jornada de la Juventud en Roma, este año con la mirada puesta en Brasil. En ella el Papa les pedía a los jóvenes que vivieran con alegría.
“No seáis nunca hombres y mujeres tristes. […] Nuestra alegría no es algo que nace de tener tantas cosas, sino de haber encontrado a una persona, Jesús; que está entre nosotros”. También les recordaba el papel tan importante que tienen en la Iglesia: “Nos traéis la alegría de la fe y nos decís que tenemos que vivir la fe con un corazón joven, siempre: un corazón joven incluso a los setenta, ochenta años. Corazón joven. Con Cristo el corazón nunca envejece”. Y, además, les confiaba una misión: “Los jóvenes deben decir al mundo: Es bueno seguir a Jesús; es bueno ir con Jesús; es bueno el mensaje de Jesús; es bueno salir de uno mismo, a las periferias del mundo y de la existencia, para llevar a Jesús”.
“No seáis nunca hombres y mujeres tristes. […] Nuestra alegría no es algo que nace de tener tantas cosas, sino de haber encontrado a una persona, Jesús; que está entre nosotros”. También les recordaba el papel tan importante que tienen en la Iglesia: “Nos traéis la alegría de la fe y nos decís que tenemos que vivir la fe con un corazón joven, siempre: un corazón joven incluso a los setenta, ochenta años. Corazón joven. Con Cristo el corazón nunca envejece”. Y, además, les confiaba una misión: “Los jóvenes deben decir al mundo: Es bueno seguir a Jesús; es bueno ir con Jesús; es bueno el mensaje de Jesús; es bueno salir de uno mismo, a las periferias del mundo y de la existencia, para llevar a Jesús”.