La mies es abundante también en nuestro tiempo; el mundo es un inmenso campo sediento de buenas noticias de paz y de fraternidad. Pero ¿dónde están los mensajeros de la paz?
¿Dónde los enviados de Jesús a prolongar su misma misión y con sus mismas armas?
Jesús llama al seguimiento y a la misión. En los 72 discípulos estamos incluidos todos nosotros, donde hay un cristiano hay un enviado de Jesús y un mensajero de la paz.
¿Dónde los enviados de Jesús a prolongar su misma misión y con sus mismas armas?
Jesús llama al seguimiento y a la misión. En los 72 discípulos estamos incluidos todos nosotros, donde hay un cristiano hay un enviado de Jesús y un mensajero de la paz.
Ser testigo y evangelizador no es algo añadido a nuestra condición de cristianos. Es su misma definición. La fe no es un tesoro recibido para mi propia salvación sino un don a compartir y transmitir. Evangelizar es hacer presente el paso de Jesús entre nosotros, siendo, como El, buena noticia para el que sufre, consuelo para el triste, esperanza para quien no ve sentido a la vida.
Hoy, todos los cristianos, representados en los 72 discípulos, somos enviados por Jesús a anunciar el evangelio de la paz, con la promesa de que el Reino de Dios está cerca, muy cerca de nosotros.
Cuanto más “ligeros de equipaje”, vayamos por la vida, mejor para nosotros, para la iglesia y para el Reino de justicia y de paz.