Inauguración del curso de Misionología
“Id por todo el mundo y anunciar el Evangelio a todas las gentes” (Mc, 16,15). La universalidad de la Iglesia y el deseo de que todo ser humano se encuentre con la persona de Cristo es responsabilidad de cada Iglesia particular en comunión con la Iglesia Universal que encuentra su convergencia en Roma.
En los días que hemos vivido en el CIAM (Centro Internacional de Animación Misionera), 35 personas (delegados de misiones, directores diocesanos de las Obras Misionales Pontificias y/o responsables de animación misionera) procedentes de 18 países y 35 diócesis de habla hispana, estamos viviendo un nuevo pentecostés en dónde vibra y arde el espíritu de anunciar el Evangelio a todos los pueblos y naciones de la tierra.
En un ambiente de charlas, reflexión, oración, intercambio, está creciendo el deseo de empeñarnos más a fondo en re descubrir el perenne impulso misionero que Cristo incita en nuestros corazones y que en nuestras personas resuena con alegría, es decir, el compromiso cristiano de la misión Ad Gentes y el deseo de recordar que la Iglesia existe para Evangelizar.
Un baño de romanidad desde el altar de la profesión de Pedro, un baño de misionariedad y comunión intereclesial, un baño de fraternidad y el descubrirse una vez más llamado a la Evangelización no sólo de nuestras iglesias particulares sino del mundo entero.
En oración imploramos el Espíritu Santo, protagonista de la misión para que nos guíe e ilumine y nos permita llevar a buen término este curso de misionología que aún no ha llegado a la mitad de su desarrollo y que se nos presenta aún con un vasto contenido de teología y praxis misionera.