Todas la Iglesias para todo el mundo, sí, este mensaje que casi resulta la conclusión de nuestro curso de misionología en Roma nos envía a todos los participantes, que en su mayoría son Delegados Diocesanos de Misiones, a nuestras diócesis o iglesias
particulares para contagiar y trabajar con el fin de que todos nos impliquemos en la obra de la Evangelización confiada a la Iglesia, es decir, ir a todo el mundo anunciando el Evangelio de Cristo.
particulares para contagiar y trabajar con el fin de que todos nos impliquemos en la obra de la Evangelización confiada a la Iglesia, es decir, ir a todo el mundo anunciando el Evangelio de Cristo.
Esta mañana junto a la tumba del apóstol Pedro, hemos confesado nuestra fe, como Pedro, en el Señor Jesús y coincidiendo con el Evangelio del día hemos también querido expresar ese “Tú eres el Cristo” y como expresa Mateo “el Hijo del Dios vivo”.
Vito del Prete, nos decía “La fe es el único motivo fundamental de la vida de la Iglesia, del evangelizador y el contenido esencial de toda evangelización, de hecho, el Evangelio ‘potencia de Dios para los que creen’, se revela la justicia de Dios de fe en fe; como dice la Escritura: “el justo vivirá por la fe” la misión implica necesariamente el anuncio del señorío de Cristo sobre toda la realidad y la invitación a someterse a ella…Fe personal en Jesucristo, crucificado y resucitado, salvador del mundo, y terminaba con esta oración, recemos para que el Espíritu Santo descienda en nuestros corazones e ilumine toda nuestra vida de cristianos evangelizadores”.
El presidente de la Obras Misionales Pontificias, Mons. Protase RugamBwa, Arzobispo nos habló de la vocación misionera e insistió en que “Las Obras Pontificias Misionales, inspiradoras de vocaciones es el programa que nos debemos proponer y como dicen los Estatutos de dichas Obras, “son instrumentos de evangelización en la forma más directa y tradicional, y por ello les corresponde suscitar y mantener las vocaciones”. Para ello nos recordó que debemos insistir en la formación del Clero y de los religiosos en la misión y en la formación de líderes invitándonos a vivir la Unión Misionera en nuestras respectivas Diócesis o Iglesias particulares.
Diez días intensos de vida eclesial, una audiencia con el Papa, unidos a todos los fieles, en la que nos invitó a vivir la reconciliación o confesión como el sacramento que cura y que rehace a las personas.
Que Dios nos ayude a vivir la misión de Cristo y del Espíritu Santo en total sintonía con el amor del Padre por toda la humanidad, y que no nos encerremos en nuestras Iglesias particulares, son el deseo más profundo que llega a nuestros corazones y que nos impulsará en nuestra labor de animadores misioneros.