Entramos en el segundo domingo de Cuaresma y también llega el "Día del Seminario" y su lema "La alegría de anunciar el Evangelio" siguiendo los pensamientos, las ideas y la vida del Papa Francisco.
En este domingo se nos presenta la imagen de Jesús transfigurado, rodeado de gloria y felicidad. Jesús, que sube a la montaña para hundirse en Dios y recobrar nueva fuerza. A su lado están tres hombres que ante lo grandioso de lo acontecido exclaman ¡que la montaña quede eternizada en este momento de Dios!.
Pronto regresan a la realidad para seguir caminando hacia la plenitud, descubriendo cada día a Jesús como el eterno presente para la realidad humana. Este ha de ser nuestro caminar, a veces con dolor y sufrimiento, buscando respuesta a nuestra larga oscuridad, pero siempre con el deseo de transformarlo, acogiendo al hombre con ternura y misericordia y sintiéndonos acogidos por Dios.
Tenemos cada día la oportunidad de escuchar: "Este es mi Hijo, escuchadle". Feliz Día del Señor.