
El texto de Mateo, el juicio de las naciones, hace hincapié en los aspectos más básicos de la persona: comer, beber, vestirse, tener casa, tener salud. ¿Cómo se desarrollaría hoy el “juicio de las naciones”, cuando cerca de mil millones de personas están subalimentadas y 14.400 niños mueren al día por falta de alimento: un niño muerto cada seis segundos?
Según el evangelio de hoy, somos y seremos juzgados por nuestra capacidad de amar a los desheredados de la tierra. Amor expresado en gestos concretos y en lucha por crear condiciones justas y fraternas de vida.
“Este sorprendente mensaje nos pone a todos mirando a los que sufren. No hay religión verdadera, no hay política progresista, no hay proclamación responsable de los derechos humanos si no es defendiendo a los más necesitados, aliviando su sufrimiento y restaurando su dignidad.