Santa Teresita de Lisieux fue canonizada en 1925 por el Papa Pío XI y proclamada "Doctora de la Iglesia" por el Papa Juan Pablo II en 1997.
Con tan solo quince años esta joven francesa estaba ya convencida de su vocación quería ir al Carmelo, pero siendo menor de edad no la era permitido entrar. Peregrino hasta Roma para pedirselo al Santo Padre que finalmente se lo concedio.
Con tan solo 23 años enfermo de tuberculosis y un año más tarde falleció. En sus últimos años de vida estuvo en permanente comunicación por carta con dos misioneros, uno en Canadá y otro en China, acompañándolos constantemente con sus oraciones.
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