Servir y servir con amor. Jesucristo nos ha dado continuo ejemplo en su vida, mejor dicho su vida ha sido un servicio continuo ante necesidades de cualquier clase, a veces las buscaba (la resurrección de Lázaro) a veces se le presentaban en los caminos, (curación de los leprosos, de los ciegos....).
Servir es la disposición de ayudar, para entender, para sanar.... Sirven las palabras y los gestos; los silencios y las miradas; sirve nuestro tiempo, si lo empleamos bien; y la risa que se contagia; las canciones que esponjan; los esfuerzos por levantar al que está caído. Sirve dar la vida cada día. Ignacio de Loyola lo aprendió al mirar a Jesús. Al conocerle, amarle y servirle.