Un pequeño paso y nos colocamos en el 2º domingo de Adviento con dos personajes como Isaías y Juan el Bautista que nos anuncian cambios: hay que salir de la situación en que nos encontramos. Hay que cambiar, pues puede que sea un año distinto: son otras las circunstancias personales, hay otros acontecimientos, se pasa por otras situaciones… Hay que intentar cambiar, ya que lo que parece imposible hemos de convertirlo en atractivo, cercano y posible.
Junto a estos dos personajes está María Inmaculada que es un anuncio de esa hermosa realidad que esperamos y en la que estamos todos comprometidos. Son tantas las dudas en la vida que la realidad nos hace intuir que algo falla en nuestra raíces, pero está la experiencia de María a quien podemos acudir con confianza porque siempre escucha, siempre está cerca del que sufre y siempre llena nuestros vacíos y soledades. Sin entender nada de la vida, como nos pasa a nosotros, se refugio en el silencio de su fe para cumplir la voluntad de Dios y ser la Madre de Jesús, el Señor, y voz de los sin voz.
Feliz día de la Inmaculada y feliz Día del Señor.