Por su parte, Manuel Cabello, misionero redentorista, habló de las “misiones populares”, una forma de evangelizar tradicional que ellos han seguido utilizando adaptándola a la realidad actual. El CESPLAM, el Centro de Estudios y Planificación Misionera, es el equipo de sacerdotes y laicos que llevan adelante las misiones parroquiales, un término más apropiado para esta realidad. Ayudan en una parroquia buscando estimular a los practicantes, sumar nuevos colaboradores a la evangelización, acercar a los alejados e iniciar grupos de formación en la fe. La parroquia se pone así en estado de misión. Es un proyecto concebido en tres etapas: premisión, que es la misión hacia dentro, misión propiamente dicha, que es intensa y dura unos 17 días, y la postmisión, que da continuidad y acompañamiento, para que toda la labor culmine, porque la “misión hace milagros, pero no magia”, por lo que hay afrontar los desafíos con trabajo adaptado a la realidad parroquial y con el dominio de los medios que se tienen.
El sacerdote Jesús Vidal habló de “Centinelas de la mañana”, un proyecto que llegó en 2012 en España, tras comenzar en Italia en el año 2000. Su finalidad es despertar a los jóvenes para que descubran que su misión es evangelizar. Son nuevos métodos de evangelizar, pero los métodos no evangelizan. De ahí que se trata de una evangelización que es anuncio explícito y que tiene unido el testimonio personal. Para ejemplificar esto hablo la actividad “Una luz en la noche”. En un lugar de paso juvenil, de noche, una iglesia permanece abierta. Se expone el Santísimo. Un grupo de jóvenes anima y conduce a aquellos otros jóvenes que entran a acercarse al Señor, reza con ellos en alto, y les da la oportunidad de que todo no quede en una visita, además de recoger de una cesto, una nota con un versículo de la Palabra de Dios.
